25 de junio de 2009

Camorra




He nacido en tierras de la Camorra, en el lugar con más muertos por asesinato de Europa, en el territorio donde la crueldad se halla ligada a los negocios, donde nada tiene valor si no genera poder; donde todo tiene el sabor de una batalla final. Parecía imposible tener un momento de paz, no vivir siempre en el seno de una guerra donde todo gesto puede convertirse en una concesión, donde toda necesidad se transforma en debilidad, donde todo debes conquistarlo arrancando la carne al hueso. En tierras de la Camorra, combatir a los clanes no es lucha de clases, afirmación del derecho, reapropiación de la ciudadanía. No es la toma de conciencia del propio honor, la defensa del propio orgullo. Es algo más esencial, ferozmente carnal. En tierras de la Camorra, conocer los mecanismos de afirmación de los clanes, sus cinéticas de extracción, sus inversiones, significa comprender cómo funciona el propio tiempo en toda su proporción, y no sólo en el perímetro geográfico de la propia tierra. Ponerse en contra de los clanes se convierte en una guerra por la supervivencia, como si la propia existencia, la comida que comes, los labios que besas, la música que escuchas, las páginas que lees, no lograran darte el sentido de la vida, sino sólo el de la supervivencia. Y así, conocer ya no es un indicio de compromiso moral. Saber, entender, se convierte en una necesidad. La única posible para considerarse aún hombres dignos de respirar.




Roberto Saviano (Gomorra)




Esta es la cruda reflexión hecha tinta. Un libro duro, muy denso y de lectura árida. Gomorra es un chivatazo editado con cargada profusión de nombres, lugares y fechas interesantes quizá sólo para alguien demasiado interesado por el tema. Es como si se hubieran recopilado todos los sucesos en los periódicos y sumarios de los últimos quince o veinte años en los que estuviera implicado el sistema.


Poco tienen que ver las imágenes que Francis F. Coppola nos muestra en la saga de El Padrino y las novelas de Mario Puzo con la realidad que Roberto Saviano ha retratado y llevada a la gran pantalla con mucho menos glamour asociado a los ambientes de la Cosa Nostra, donde la famosa regla 'ni mujeres ni niños' es a menudo la excepción. Nos descubre que detrás de los negocios de la camorra no sólo existen actividades ilegales como el tráfico de drogas, armas o prostitución. La alta costura, la construcción y la muy lucrativa gestión de residuos tóxicos que han convertido parte del sur de Italia en un inmenso vertedero bajo tierra.


Pero esta denuncia no es gratuita. Saviano vive escondido bajo protección policial. Probablemente no pueda vivir en paz al menos en su propio país. Una vez más, la realidad supera a la ficción.

1 comentario:

Guerrera de la LUZ dijo...

He empezado a leer y he tenido que releer tres veces el fragmento que has copiado.

Sí, demasiado denso.

Pero tu música...ohhhhh maravillosa. Un manjar.

Besitos.

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