30 de marzo de 2010

Noticias que no son noticia






30 de marzo de 2010: por enésima vez el telediario de tve1 nos recuerda que ya se ha producido la última fase del apagón analógico. El despliegue de la noticia es equiparable a la llegada del hombre a Marte. Durante el Real Madrid-Sevilla el locutor de Telemadrid parece un disco rallado con el 'esta noche apagón' alternando con la fantástica película con la que nos deleitarán tras el partido. Y yo me pregunto ¿qué mas dará?: el que ya esté 'tedetizado' no se va a enterar, y el que no se quedará sin partido y sin peli post-fútbol salvo que se largue a casa de un vecino digitalizado. Pero son más cansinos que si les hubiera tocado el pleno al 15. Es como si te avisaran de que te va a caer el diluvio cuando todas las tiendas de paraguas están cerradas porque se han puesto de acuerdo para irse de vacaciones.


TVE por este motivo nos ofrece en su especial ¿Recuerdas? o relleno para asegurarse de que su telediario sea más largo que el de la competencia, y más ahora que es sin publi, un reportaje en el que allá por los años 60 los españoles nos tuvimos que poner un aparatito similar al conversor actual para disfrutar de la señal UHF. Gracias a su archivo TVE nos recuerda lo atrasada que estaba España con Franco. Con razón que yo no me acordase. Nota fuera del tema: aunque sigan autoproclamándose como los number one, el telediario de 'la uno' comete notables fallos de realización que no he visto en otras cadenas.


Ya meses antes de que tráfico obligara a llevar los chalecos reflectantes en el coche, los servicios informativos advirtieron de la necesidad de adquirirlos. De acuerdo: eso es noticia. Una semana antes de que la norma entre en vigor nos informan de que si no están convenientemente homologados es como si llevases la camiseta de Naranjito cuando te pare la Guardia Civil. ¿Es noticia? Por supuesto: "¿Por qué coño has tenido que comprártelo en el todo a cien?" preguntará la mujer al incauto conductor mientras la benemérita le casca la multa. Mientras tanto más de uno habrá hecho su agosto.


La jerarquía eclesiástica ha ocultado a algunos de sus miembros pederastas. Como hace algún que otro partido político español, intenta esconder la basura debajo de las alfombras pero a la que se levanta un poco de viento les delatan. Hoy día muchos misioneros siguen jugándose el cuello a cambio de que gentes que viven en sitios dónde no llegan las cámaras de la CNN puedan vivir en unas condiciones medio dignas. Y sin ir tan lejos, Caritas ha ampliado el número de comidas. ¿Es noticia? Por desgracia ya no.

Antes de los deportes informan que unos científicos han logrado recrear el 'Big-bang'. Si lo consiguen a escala real se podrá decir con razón aquello de que hemos dejado atrás lo peor de la crisis. ¿Qué os creíais, macroeconomistas? Para chulos nosotros.

27 de marzo de 2010

Liderazgo








"Soy el capitán de mi alma, soy el amo de mi destino"


Morgan Freeman como Nelson Mandela en Invictus




En Invictus Morgan Freeman se mete en la piel de Nelson Mandela. No voy a contar aquí la vida de este personaje creo que por todos conocido. No sé si la película retrata fielmente su etapa de presidente del gobierno sudafricano. Lo que si sé es que Freeman nos transmite un personaje de una gran talla humana. Una persona que es capaz de perdonar a los que le encerraron durante 27 años no debe ser fácil de encontrar.

No es que este Mandela sea un buen político, sino un auténtico líder. Sabe que para ser respetado primero tendrá que ganarse a sus enemigos. Desoyendo los consejos de sus partidarios, decide mantener a los springbucks, de raza blanca, en la selección de rugby del país que se enfrenta a la organización del campeonato mundial. Un reto añadido si tenemos en cuenta que no es un deporte que goce de las simpatías de la mayoría negra. Mandela quiere que la organización sea óptima y además que Sudáfrica se proclame campeona. El primer paso será invitar a tomar el té al capitán de la selección, François Pienaar (Matt Damon), en una escena que resume toda su personalidad. Poco a poco logrará embarcar también a los negros en su ambicioso proyecto. Desde el principio quiere dejar claro que su función será servir a su país, y con él a todos sus ciudadanos. Sin excepción.




El gran Morgan Freeman encarna todas las cualidades de este jefe-líder. Se preocupa por las circunstancias familiares de sus empleados: conoce los nombres de cada uno de los jugadores, y nota la ausencia de uno de ellos en un entrenamiento. Todos son importantes. Humildad: no es sólo el jefe, sino el que ayuda a conseguir un objetivo común. Algo fundamental en un deporte de equipo como es este y al contrario de lo que pueda parecer, de los más nobles que existen. Los jugadores son una piña tanto dentro como fuera del campo. Me han contado -no he podido comprobarlo- que cuando el equipo visitante salta al campo los locales le hacen un pasillo y tras el partido, les invitan a unos bocadillos y cervezas. Como en muchos deportes ¿verdad? La película vale también la pena por el espectacular Haka, la danza de origen maorí de la selección neozelandesa antes de comenzar el partido.


Ciertamente, algunos gobiernos son afortunados al contar con un verdadero líder.

11 de marzo de 2010

In memoriam



Queremos saber la verdad, toda la verdad.

8 de marzo de 2010

Droga dura, droga blanda






"La guerra es una droga"
En tierra hostil ("The Hurt Locker")




En tierra hostil nos traslada a esa guerra que aún continúa en las calles de Bagdad. Cada día los artificieros del ejército estadounidense se enfrentan a la muerte en un país que nunca se lo agradecerá. Faltan pocos días para la rotación de la compañía Bravo, de esa forma se pretende evitar que los combatientes se quemen en el frente con la certeza que serán los próximos en volver a casa envueltos en una bandera.

El sargento William James toma el mando en sustitución del anterior, y su forma de trabajar es cualquier cosa menos ortodoxa, teniendo en cuenta que juega con algo más que fuego. Podría ser el mismo sargento cabrón que nos dejaba sin el 'pernocta' o arrestados el fin de semana. Sólo que esta vez es el primero en poner su cuello en peligro, y con él el del resto de su equipo. Totalmente pirado vamos. Pero su locura le permite salvar algunas vidas.

Bigelow nos enfrenta a la cruel realidad en la que nadie está a salvo. Las papeletas no son exclusivas de los que están en primera línea. Así lo demuestra el coronel que acude con ellos a una misión para motivar a uno de los soldados. Como cuenta Pérez Reverte en 'Territorio Comanche', hay quien le toca nada más bajar del avión o descansando tranquilamente en el hotel.

Pero lo que atenaza al sargento James es la indecisión ante un enorme lineal de cereales del supermercado.







"Si caes enfermo, ve al médico. Si resultas muerto, ve a la funeraria. Pero si te vuelves loco ¿Adónde ir?"


Jarhead (el infierno espera)



Basada en la novela de Anthony Swofford en la que relata su experiencia como marine en la Tormenta del desierto en la primera guerra del Golfo y también la primera de la historia televisada en directo por la CNN, pero muy distinta de la que nos contaban los medios. En otro país, en un entorno también lógicamente hostil pero de manera radicalmente opuesta. Pasan los días sin que pase absolutamente nada. En cuanto a acción claro. En la base los soldados clavan en el tablón de anuncios las fotos de las ex-novias que han roto con ellos por carta. Uno incluso recibe un cruel vídeo de su mujer. La monotonía se rompe cuando tienen que jugar un partido de rugby equipados con la máscara NBQ en pleno desierto para un reportaje que está haciendo la tele. La secuencia final es toda una declaración de intenciones que no superaría el mismísimo Aznar en otro escenario hostil.

Aquí tampoco podía faltar el sargento colgado (Jamie Foxx). Sin embargo la ausencia de actividad en el campo de batalla no parece aburrirle. Aunque su compañía es una mera comparsa de la aviación, limitándose a contemplar cómo se queman los pozos de petróleo y los efectos del napalm en los que intentan huir del desastre, da las gracias a Dios por ese trabajo.

La droga de la guerra, vista por Bigelow y Mendes.
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