Un día el escorpión se encontró un río en su camino y le propuso a la rana que le ayudara a cruzarlo.
-¿Qué dices? ¿Me crees tan estúpida? - Le replicó la rana
-Tranquila ¿qué has de temer? ¡Si te matara yo me acabaría ahogando!
Tras meditarlo unos instantes pensó que el escorpión tenía razón y decidió dejarle subir a su grupa para franquear el río. Pero a mitad del trayecto le clavó su mortal aguijón...
La rana sólo acertó a preguntar por qué lo había hecho.
-¿No lo sabes? No puedo evitarlo. Matar está en mi naturaleza.
Ahora te han clavado a ti el aguijón. Del mismo modo que lo hacías con tus colmillos en la yugular del torpe gobierno que no escuchó gruñir a la bestia junto a su puerta.Ahora os miráis unos a otros con cara de gilipollas y os preguntáis cual será el precio total por ese proceso llamado de paz.
Ahora derramas lágrimas de hiel. Lágrimas de cal viva y veneno. Como las del cocodrilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario