28 de junio de 2008

El sentimiento de identidad



¿Qué es la identidad? La identidad es un sentimiento de pertenencia a un determinado grupo. Puede ser un grupo religioso, un grupo social, un grupo cultural, un grupo educativo. Esta pertenencia nos hace compartir ciertos valores con el grupo, y nos provee una cierta identidad emocional.





(Doris L. Omdahl - 'El sentimiento de identidad')





Y recordando la definición del fútbol de Santiago Cañizares -espero que sea más certera que la de Gary Lineker- 'el fútbol es un sentimiento'. Me parece que la conclusión está muy clara.

Lo que no ha conseguido ninguna institución: partidos políticos, gobierno, ni siquiera la monarquía sí lo ha hecho el deporte -rey-, que castellanos, mallorquines, extremeños y andaluces vibren con la selección nacional, qué coño, con ESPAÑA. Estamos convencidos de que los gallegos se parecen a los murcianos menos que un dublinés a un londinense. Pero hay en ellos un nexo común: ESPAÑA.

Gracias al entusiasmo que ha despertado el equipo de nuestro país la gente sale a la calle enarbolando la bandera nacional sin complejos. Especialmente gente joven. Hay lugar para la esperanza.

Los nacionalistas excluyentes están que se suben por las paredes y ven peligrar su chiringuito. La demagogia no puede luchar contra más de cinco siglos de historia.

Tras el partido de regreso a casa era inevitable sumarse al júbilo en las calles de Madrid. Tenía mi sentimiento de identidad, y también de felicidad.

Casillas, Palop, Reina, Albiol, Arbeloa, Capdevila, Juanito, Marchena, Navarro, Puyol, Ramos, Alonso, Cazorla, Cesc, De la Red, Iniesta, Senna, Silva, Xavi, Güiza, García, Torres, Villa, Luis: ¡Gracias!

10 de junio de 2008

Las medidas potentes


La desaceleración económica ya nos trae el primer asalto contra el gobierno de Zp. La huelga de los transportistas para reclamar medidas anti-dumping (en castellano, contra la competencia desleal) y principalmente, una bajada de los impuestos del gasoil cuyo precio ha sufrido un incremento del 36% en el último año, y un 13% la gasolina. Son cifras sensiblemente lejanas a las del IPC de Solbes. Es un error pensar que sólo afecta a los que utilicen vehículos. La subida del precio del carburante afecta a todos los demás. No creo que haya que hacerse un master en Economía en Harvard para comprenderlo.


En España los carburantes están gravados dos veces: con el impuesto especial y el IVA. Incluso tres en algunas comunidades autónomas con el 'céntimo sanitario', considerado por cierto de dudosa legalidad desde Bruselas. Si a eso le sumamos los repercutidos sobre los vehículos, seguros obligatorios e impuestos municipales los convierte en una especie de artículos de lujo. Un 'lujo' con el que algunos trabajadores se ganan la vida, o mejor sería decir que la pierden.

Por tanto creo que hay sobradas razones para que una de las patronales ejerza su derecho a la huelga. Es la forma de ejercerlo lo que algunos cuestionamos. Es urgente regular este derecho porque nos guste o no. En este país -como le gusta llamarlo a Zapatero- a menudo las huelgas se convierten en instrumento 'de presión' digno de los muchachos de Ginés Jiménez -sí, el de la foto de abajo, qué curioso- siendo lo que yo llamo en términos del género progre la solidaridad más insolidaria y los 'piquetes informativos', uno de sus eufemismos favoritos.
Hablando de medidas potentes. No he podido evitar acordarme de algunas adoptadas por el anterior gobierno donde estuvo Rubalcaba cuando aquello del talante no se estilaba.
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