14 de julio de 2008

Cuando las barbas del vecino veas pelar


La desaceleración económica ya va tomando otros nombres bastantes más feos como concurso de acreedores voluntario o, lo que viene a ser lo mismo, la temida suspensión de pagos.


Martinsa-Fadesa se vanagloria de tener presencia en 15 países y 21 provincias españolas, una facturación de 1.581 millones de euros con un beneficio neto de 271 millones en el año 2007.


Pero los números, lejos de ser bonitos, son más crueles cuando se refieren a su deuda: 5.000 millones de euros. Va a hacer falta algo más que la confianza y las políticas sociales que propone ZP para solucionar este desaguisado, y los que le sigan. ¿Será el primero como inversor patriota en apoyar con su patrimonio -eso sería una prueba indudable de confianza- a la empresa de Martín y de cobijar en la moncloa a los trabajadores procedentes del inevitable E.R.E.? A los 200 trabajadores hay que sumar a la cola trabajadores autónomos y subcontratistas de los que se nutren no sólo Fadesa sino las demás constructoras en España.


Hace tiempo que dije que en España vamos a tener un problema particular adicional a la búsqueda de una fuente de energía alternativa al petróleo (problema general, de acuerdo), y será encontrar la fórmula de hacer que el hormigón y el ladrillo sean comestibles, porque es lo que les va a quedar a muchos cuando todo esto estalle. Y tiene toda la pinta.
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