Discografía 00: la crisis de la música

Y ya que hablamos de arte y creatividad, hacemos un alto en el camino del frenesí de la campaña pre-electoral para tratar un tema de candente actualidad.

La industria discográfica amenaza con que muchos de sus sellos tendrán que echar el cierre si no se contribuye al sostenimiento de músicos actuales y futuros si no se pone freno o, si de algún modo no se encuentra una financiación alternativa a la piratería. Es decir, top-manta, la mula y sus variedades. Sobre este punto he encontrado un interesante artículo publicado en 2002 pero creo aún vigente en su contenido.

Como ocurre con el resto de los sectores, el discográfico no se quejaba para nada cuando ganaba dinero a espuertas, tanto que incluso el artista se llevaba un mínimo margen a su bolsillo. Por este motivo, aparte del artístico, muchas de las estrellas entónces del vinilo (qué tiempos aquellos) como Prince o George Michael decidían emprender el camino autoproduciéndose. Prince incluso lo celebró con su disco Emancipation. George Michael sostuvo un duro litigio con la Sony hasta que lo consiguió. Claro está que esta medida no estaba al alcance de cualquiera...

A la difusión de las tecnologías como la red, hay que sumar otros factores a la crisis que acucia a la música actual: la ausencia de referentes tanto a nivel estético y artístico. Hoy la música es un producto de usar y tirar. A pesar de que nos encontremos con toda seguridad en plena revolución tecnológica. No tenemos a Genesis, Alphaville, Spandau Ballet o The Alan Parson's Project por citar a algunos. En España se produjo lo que algunos llamaron 'la movida madrileña', un fenómeno bajo el cual se aglutinaban artistas que rompieron con los canones tradicionales. Grupos como Alaska y los Pegamoides - Olvido es de las que han conseguido sobrevivir a la debacle, y no creo que haya sido sólo por convertirse en un icono del orgullo gay- Nacha Pop, Radio Futura, Golpes Bajos, Glutamato yé-yé, Secretos... Durante los 80 y parte de los 90 se produjo un periodo de innovación artística pareja a la tecnológica. Pocos se podían permitir promocionarse con algún cutre 'video-clip'. Un elemento del que oí decir que en España no iba a tener salida.

Cuándo a comencé a salir hacia mis 17 primaveras sabías que en cualquier garito donde te metieras en Moncloa o en la zona de Bilbao ibas a pasar un buen rato escuchando, bailando-y cantando- buena música. Un amigo me decía que el problema actual de la música cuando quieres bailar es que no tiene término medio. O te vas a la 'pachanga' o al 'radical'. Lo que sí que he notado es que te tiras sin salir 'de marcha', pongamos 6 meses, notas al volver que es como si el tiempo si hubiera detenido. Cada año hay una canción del verano pero las demás son recicladas. ¿Tendría razón mi amigo? O como dijo alguien parafraseando al líder de los Depeche-Mode, no es la música sino EL negocio de la música lo que está en peligro.