Hubo un tiempo en que los pícaros vestían camisola y jubón y atacaban con dagas y espadas. Luego mudaron de vestuario y armas.
11 de mayo de 2008
Coslada: Madrid años cero
Nos ha cogido por sorpresa. No podíamos pensar que bien entrados en el siglo XXI esto pudiera pasar en nuestra propia casa. Pero así ha sido. Nuestra particular versión de 'Los Intocables de Elliot Ness' sólo que esta vez Al Capone se llama Ginés Jiménez. Un abyecto tipejo que ha utilizado sus galones para ponerse ciego y morado -no necesariamente en ese orden- y de paso ponerles morados a otros. Tanto que podría decirse que Coslada vivía bajo un régimen cuasi-totalitario.
La detención de los policías municipales corruptos supone el fin de una larga etapa de extorsiones y abusos de la autoridad sobre sus ciudadanos. No quiero pensar que esta sea la punta del iceberg, pues la investigación ha salpicado a otros ayuntamientos de esta nuestra Comunidad.
Y para variar, en este nuestro país no se han producido ceses ni dimisiones. Aquí el choriceo, la camorra, ponerse los cojones por montera son parte de nuestra denominación de origen. No me creo que el concejal de seguridad (¡?) no estuviera al tanto. Pero esta es la España de nuestro Primero rey Juan Carlos y José Luis Rodríguez Zapatero de todos los talantes.
El juez Garzón ya no tendrá que irse tan lejos de su casa para meter en chirona a terroristas sentados en ayuntamientos. Las palizas a vecinos escuecen, está claro, como también las multas del SER y los caprichos del inquilino de Ambiciones.
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3 comentarios:
Un reflejo de hasta que punto de degradación, se ha llegado en esta sociedad, donde la corrupción, la manipulación y la ineptitud, afectan a los pilares fundamentales del Estado;si quienes nos protegen, gobiernan y juzgan estan corrompidos,....¿que futuro le espera a esta sociedad?.
P.D.:(Bienvenido de nuevo.Se te echaba de menos).
Vivimos en una sociedad degradada, corrupta, aborregada y miZerable.
Pero es que yo sigo sin creerme que el alcalde no supiera nada. Es imposible.
Y, si aún así, es cierto que no sabía nada, también debe dimitir por ser incapaz de ver lo que se cocía entre los vecinos; o, por lo menos, de sospecharlo siquiera.
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