14 de febrero de 2009

Oh, l'amour!


Hoy es San Valentín, el día de los enamorados.


Ayer un compañero de trabajo se marchaba a su localidad de origen a pasar el finde con su amada esposa. Digo lo de amada porque llevaba algo que parecía un par de flores o plantas envueltas en celofán. No sabría decir cuáles, tengo casi la misma idea de botánica que de física cuántica: en el insti estudié letras mixtas. Como quiso Dios que en ese momento en la oficina sólo estuviéramos entre hombres, la bucólica imagen ha despertado los comentarios más jocosos. En ellos se conjugaba el verbo cumplir, y las comparaciones -como siempre odiosas- con escaso romanticismo. No voy a decir más...


Estos días no he parado de recibir correos de ofertas para escapadas para la señalada fecha en compañía de Cupido. Supongo que cualquier excusa es buena para escaparse, incluso de la pareja.

Leo en la prensa que con la crisis han descendido las tasas de casamientos y divorcios. Normal. Lo primero cuesta un riñón, y lo segundo los cuatro que tiene la pareja y con permiso del banco. Que incluso en e-bay se puedan encontrar 'chollos' procedentes del reciclaje del 14-F. Ni el santo se salva ya del reajuste del cinturón.

Desde el principio de mis tiempos con uso de razón -si alguna vez la tuve- he detestado esta fecha. Cuando no tenía pareja porque no la tenía para celebrarlo como el corte inglés manda y cuando sí la había porque no me gusta que me digan cómo hay que celebrar las cosas buenas que te pueden ocurrir en la vida.

A la lista se añade el día del padre y de la madre, y dentro de poco de los abuelos y bisabuelos porque cada vez la cuota de mercado se incrementará por ese nuevo 'público objetivo'.

Volviendo a San Valentín, ese santo varón que casaba almas enamoradas en la clandestinidad, me parece que hoy marca la frontera entre dos planetas: el de los felices y el de los infelices. Esa frontera que se cruza sin visado en cuestión de segundos y en ambas direcciones. La sensación de absoluta dicha o desgracia por culpa de alguien que se cruzó en tu camino. El paraíso a un lado y el infierno al otro.

Como si de un producto de consumo más se tratara, el amor determina quién puede ser feliz. Una imagen que nos han vendido desde que podemos encender solitos la tele y en bastantes libros para luego darte cuenta de que el amor encierra a veces un elixir más amargo. Para empezar no es cierto que elijas pareja, a menudo es ella la que te elige a porque si de dependiera muy probablemente compartirías tu vida con otra. Es otra realidad dolorosa cuando eres consciente. Afortunadamente en mi caso me dí cuenta a tiempo, aunque no sin causar daño a mi ex. Lo que luego podría contemplarse como una bonita etapa se ve desde el rencor, el inevitable distanciamiento en el mejor de los casos bien porque aparezca un tercero, o así sin más.

Recuerdo el día que precedió a la tempestad, hace casi ya un año. Estábamos pasando una agradable velada en casa de otra pareja de amigos. No sé como -supongo que el ron tuvo su parte de culpa- salió la cuestión de qué te hubiera gustado hacer y no has hecho -como aquel anuncio de coches, maldita publicidad- o de qué te arrepientes. Y fue lo último el detonante del desenlace. Dije que me arrepentía más de lo que no había hecho que de lo que sí...

Os prometo que en aquel momento no lo dije pensando en alguna mujer, aunque las tuviera en mente en otros. Pensé en la gira Zoo Tv de U2 y su parada en el Vicente Calderón a la que tenía que haber acudido solo y sacando los entónces al cambio 24 euros de donde fuera aunque me pasara una temporada a base de pipas de girasol. O quizá pensaba el viaje que no realicé. En cualquier caso mi ex-novia se pensó lo peor. Salimos de allí discutiendo para terminar como el rosario de la Aurora al día siguiente.

Como en la canción, al principio todo era tan romántico... Más tarde un cruce de reproches y dos listas con el haber y el debe al día. Ese fue el principio del fin.


Y me quedaré sin saber qué hubiera pasado si Satine no hubiera enfermado de tuberculosis, y el duque hubiera sido como otro que sale por ahí que se llama igual.

7 comentarios:

El Abogado Chalado dijo...

Con carácter previo.
-COn lo de Riofrío no me supe explicar en el primer párrafo. Lo que quería decir es que parece mentira que en un sitio tan caro, tan aspirante a pastelería de las antigÚas, en la que por pedirte un café en vaso de plástico te le clavan bien clavada, se ha convertido en visita indispensable. Me evoca muchos recuerdos. Entre ellos mi padre, y eso, con 3.000 kilómetros de distancia, merece una visita.-

Dicho esto, magnífico post.
Me identifico además plenamente con esa idea asquerosa y comercial de San Valentín. En el fondo me dan pena esas parejas que utilizan San Valentín como una forma de salir de la rutina. Nada. Todo vacío.
Por cierto, si tu ex se diera una vuelta por el blog, se daría cuenta de que ha perdido un tipo con dos dedos de frente. Y eso, a estas alturas, es difícl de encontrar. En todo caso ese no es asunto mío.
Yo por cierto, estoy enamorado hasta las trancas de la mía.

Guerrera de la LUZ dijo...

Las chicas somos capaces de liarlas muyyy tremendas por cualquier temita de estos... pero es q los tios también tenéis cada cosa.... jejej

Feliz día de hoy y cada día de tu vida.

Besos J.F


(llegaste a ver el poster de Mazinger?, creo que te contesté dónde estaba)

José Manuel Guerrero C. dijo...

Yo me he enterado hoy que ayer fue el día de San Valentín, creo que con eso lo digo todo, en mi casa ya casi no vemos la tele. un saludo y gracias.

Mª Rosa Rodríguez Palomar dijo...

He tardado muchos años en celebrar un San Valentín como Dios manda, si es que Dios se mete en estas cosas, quizás porque ha coincidido, quizás como excusa para lo que realmente quería...

Por cierto, me ha encantado tu entrada. Siempre es mejor darse cuenta a tiempo y no dejar que se enquisten las cosas dentro, así que da gracias de haber dejado atrás algo que no te hacía sentir todo lo libre que deseabas.

Un beso

el escritor escondido dijo...

Y es que el amor es muy complicado. Te recomiendo una película italiana "Manuale d´amore", con cuatro historias inolvidables. Salu2.

Yomismo dijo...

Completamente de acuerdo contigo, San Valentin no es más que una fecha meramente comercial en la que nos marcan que y como debemos hacerlo.
Saludos.

Guerrera de la LUZ dijo...

Por si no pasas por mi blog, te vengo a recomendar, ya que te gustan tánto, los paja y heno de Tattaglia, por si no los has probado.

Bonita foto la de tu post¡

Un beso.

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