1 de noviembre de 2010

Réquiem por un marido y una hija




Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, no soy más que bronce que resuena o platillos que aturden.

Aunque tuviera el don de profecía, penetrara todos los misterios, poseyera toda la ciencia y mi fe fuera tan grande como para cambiar de sitio las montañas, si no tengo amor, nada soy.

Aunque repartiera en limosnas todos mis bienes y aunque me dejara quemar vivo, si no tengo amor, de nada me sirve.


Primera Carta del apostol San Pablo a los Corintios. Nuevo Testamento.




Azul es la primera parte de la trilogía Tres colores dirigida por Krzysztof Kieślowski una por cada color de la bandera nacional y los ideales de la Revolución Francesa. La protagoniza Julie Vignon (Juliette Binoche) quien pierde a su familia en un accidente de tráfico y una vez recuperada trata de romper drásticamente con su vida anterior destruyendo todo lo que la vincule a ella, o casi todo.

Su marido era un compositor de renombre al que le habían encargado una pieza con motivo de la creación de la Unión Europea -por entonces de los doce- y Julie destruye la partitura en la que él trabajaba. Sin embargo Olivier (Benoît Régent), su colaborador, intenta completarla a sus espaldas y poco a poco ella descubrirá que esa ruptura no le resultará tan sencilla. Y hasta aquí puedo contar...

Como toda película francesa que se precie, tiene su ritmo y sus lacónicos diálogos. Pero no se me asusten si están pensando en un castañazo de Rohmer. Azul no será comercial pero tampoco tan rara. Su verdadera fuerza reside en las imágenes más que en los diálogos y sobre la otra pierna que toda buena película tiene: su banda sonora original, compuesta por Zbiniew Preisner.




Tres colores, Azul aborda el primero de esos ideales revolucionarios -la libertad- con una fuerte simbología y presencia de este color pero Kieślowski no construye la trilogía de forma aislada, de hecho los tres capítulos se entrecruzan en algunos planos con lo que recomiendo a quien no los haya visto hacerlo en el mismo orden en que se estrenaron: primero Azul, luego Blanco y por último Rojo.

Da la casualidad que Kieślowski comenzó a trabajar en otra trilogía inspirada en La Divina Comedia pero falleció antes de terminar el guión.


4 comentarios:

Leona catalana dijo...

Rojo. Esta es la que vi hace muchos años, recuerdo el nombre del autor.
Si es una trilogía me perdí las dos primeras.

Sin amor no hay vida. Seguro.

J. F. Sebastian dijo...

Leona:

Es otra buena historia. Si te gustó puedes continuar con esta y luego con 'Blanco'.

Cierto, aunque no lo escribiera el apostol en su carta.

Sonix dijo...

Hola, todavía no había leído la entrada! Estos días tengo los blogs un poco abandonados y seguro que tengo cosillas por leer en el Reader de este blog, perdona.
La verdad es que ahora me han dado ganas de ver la película, conocía los títulos pero no sabía nada más y tenía miedo de que fueran demasiado "densas" para mí.
Un salud!

J. F. Sebastian dijo...

Sonia:

De la trilogía esta es mi favorita, pero cada una tiene su punto, y su trasfondo. Quizás no sea este el cine que más te guste pero al menos disfrutarás con la música. A mí me pareció totalmente distinto a lo que estaba acostumbrado.

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